Vuelve, tengo que decirte algo. Se te olvidó algo. Se te olvidó quererme. Al final de todo resulta que el único fallo fue ese: quererme. ¿No te apetece que eso cambie? Subir conmigo a la azotea y demostrarme por una vez en tu vida que vas a estar. Un 'hola, ¿qué tal estás?' Seguido de un 'bien, estuve esperándote.' Porque si quiero que esta vez salga bien debo serte sincera. Te eché de menos. Mucho. Hubo días en que decidí tirarlo todo por la borda y otros en los que directamente lo hice. Fallé en todos. Nada funcionó para que te dieras cuenta de que te esperaba. O si lo hiciste preferiste pasar. Pero hoy... hoy te lo estoy pidiendo claramente. Me pongo delante de ti y te pido que termines lo que empezaste. Que no es justo que te marcharas sin dejar ninguna explicación. (No te la pedí entonces y no lo haré ahora. No quiero que nos echemos en cara lo que cada uno hizo mal.) Solo busco un poco de calor para los días fríos de esta primavera. Este año me resisto a creer que esta estación será la que lo joda todo. Esta será nuestra primavera, ¿te queda claro?
Sin embargo, todo esto solo lo pienso. Sólo soy una más. Sólo dejé creer en todo. Ya no sirve de nada ocultar la verdad: fui un póster más de tu pared. Como el preso cuenta sus días, tú cuentas tus conquistas. Me sumaste a la lista y pasaste a la siguiente. Como quien enciende un cigarro con la colilla del día anterior.
Esta no será nuestra primavera, y la siguiente probablemente tampoco.
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