domingo, 19 de abril de 2015
y ahora he de decir si quiero o no quiero un poco más...
Cada vez que te veo tengo ganas de acostarme contigo.
De desnudarnos la vida,
de desanudarnos la piel.
Y que la tenue luz
del único día soleado de todo el invierno
ilumine tu espalda
y me entren ganas de abrazarte
para ver si brillo yo también.
Y que cada vez que bosteces,
y después sonrías
yo me quede embobada.
Que tus pelos alborotados
sean mi única cuerda salvavidas
a la que agarrarme cuando noto que el mundo se me viene encima.
Que tus ojos sepan iluminar la habitación
cualquier noche que mis sombras se adueñen del momento.
Cuando me entre el miedo
y quiera salir corriendo.
Sujétame.
Abrázame.
Mírame y dime
que en este mundo
no quieres otra cosa
que no sean mis manos en tu torso cada noche,
mis labios en tu cuello cada día
y mi sonrisa en ti
hasta el final.
Mírame y dime que jamás habrá otra
que sepa tejer los pedazos
de eso que tú dices que no tienes,
y sin embargo yo es lo único que veo en ti.
Regálame un día más de tu atormentada existencia,
una noche más,
y te convenceré
de que no habrá ninguna que te cuide
como yo lo hago,
ninguna que te acaricie de la misma forma,
ninguna que en la noche sea tuya y se quede para ver cómo despiertas.
No habrá otra que te quiera como yo,
así que por favor,
no me abandones.
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